En
la cañada,
juntos el silencio
y el canto del búho.
Hacia la casucha
abandonada, corre
el flaco perro.
La mariposa
de alas rotas falleció
sobre la flor marchita.
Del fondo
de la oscura cañada
sube la luciérnaga.
Aroma de pino.
Sigue el Buda
con sus sermones.
Desde
la silla
viendo
llover
toda
la noche.
¿Para
dónde van?
-Preguntó
el anciano
a
las dos ardillas.
El
mendigo y su perro.
¿Cuál
de los
murió
primero?
A
pesar del día
y
de todo… me cansa
la
gente.
No
me obliguen
a
saludar: se van
los
pájaros.
Húmedo
de rocío
llegó
el conejo cerca
de
la fogata.
Me
tomé el vino
sin
pensar en Buda
ni
en Jesús.
Sobre
agua
verde,
más verde
la
libélula.
Un
grillo…
¡dos
grillos! en la solitaria
banca
del parque.
Apenas
es martes
que
sigan cayendo
hojas
del abedul.
Ese
perro viejo,
sin
ningún motivo
me
ladra.
Toda
la luna
llena,
sobre el verde
cucarrón.
Silenciaste
a
los canarios por
ponerte
a cantar.
¿Para
dónde
va
la montaña
entre
la niebla?
El
viento pasó
entre
los violines
sin
tocarlos.
Buenas noches señor Senegal. Quiero decirle que compré un libro usado llamado Pundarika,es un libro de portada azul, una foto con fondo blanco y un árbol negro en el medio. Su nombre está escrito Humberto Senegal en la parte de arriba. No conocía su trabajo antes de tener éste libro, creo que llegó a mis manos gracias a la fortuna, y me he apegado a el por una gran razón: éste libro tiene una dedicatoria de al parecer alguien que lo conoce o lo conocía a usted. La dedicatoria dice: Cristi: Aquí lo del cómplice Zenegal algo bueno no hecho para éste día sino para siempre. León Octavio. Cali Feb 27/85
ResponderEliminarDisculpe si estoy siendo atrevida al dirigirme de esta forma a usted, pero cuando vi esa dedicatoria no entendí por que alguien vendería el libro y de esa forma lo sentí más personal.
En la ardiente tarde
no logra
el sol calentar la sombra