Este es uno de los evocadores microrrelatos sufís que me agrada
relatar a mis niños de escuela, aunque no los comprendan; a mis compañeros
profesores, aunque afirmen entenderlos; a cuantos estén dispuestos a
escucharlos o se nieguen a conocer tal tipo de literatura objetiva.
En particular a cuantos cargan
cemento…plomo o excrementos en su alma, en su sensibilidad, fondeados en la
sordidez de sus limitaciones del Conocer y del Ser.
Este tipo de ancestrales historias,
hace parte de la monumental colección de formulaciones terrestres más
importantes y secretas, pero a la vez transmitidas en su momento a la
humanidad, donde se almacenan y trasmiten determinadas ideas para el desarrollo
sicológico del ser humano. “En nuestros
días”, señala el neosufí Idries Sha, “no son muchos los individuos capaces de
utilizar correctamente las historias”, y enfatiza, “es un método muy antiguo, aún irremplazable, para
dar forma y transmitir un conocimiento que no puede expresarse de ninguna otra
manera”.
Filosofía analógica. Historias como
la presente y otras para compartir con quienes florezcan por estos escondrijos,
no de mi alma sino de la sabiduría sufí, me socorren para no dejarme absorber
por la sociedad y la época donde sobrevivo. Se encuentra en una breve antología titulada Losmejores relatos
derviches, editorial Long Seller, Argentina (2001), Clásicos de bolsillo.
Un príncipe le dijo a un erudito: “La
conversación de aquel sufí que está allá es tan frívola y general que no creo
que pueda ser auténtico”. El erudito le contestó: “Oh, Emir de Jeques, debes
saber que existen tres formas de Conocimiento Profundo: el conocimiento
profundo conocido por todos; el conocimiento profundo que se da a través del
habla compleja y el conocimiento profundo que se transmite por medios
aparentemente frívolos. Las bromas de aquel sufí han hecho cien santos;
mientras que otros hombres, de aspecto serio y palabras amenazantes, han
hecho…cadáveres. Cierta vez se le dio a un hombre la oportunidad de beber del
Agua de la Vida y se rehusó porque no le gustó la forma de la copa. Si eres
hombre de “formas”, ¿por qué hablas de “profundidad?”.
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