A. la memoria de John Coltrane, por A Love Supreme
Por favor, Pavor, si tienes una hora para mí, no para él,
sálvalo de despeñarse en los trechos oscuros del día.
Pero sobre todo, en los rincones de la noche
que él considera luminosos. Por favor, Pavor, si tienes
un minuto para mí, no para él, sálvalo de hallar cerradas
las puertas del
silencio en su saxofón. Pero sobre todo, sálvalo
de encontrar atrancados los recintos del lamento en su
garganta.
Por favor, Pavor, si tienes un segundo para mí, no para él,
sálvalo tan pronto escuche el ritmo que escruta y por el
cual delira.
Sálvalo, Pavor, por favor, aunque me restes del tiempo que
tienes para mí.
Por favor, Pavor, protégelo de encontrar la salida de su
laberinto.
Afuera lo esperan todos aquellos minotauros del jazz
que preguntan por él durante los insomnios del saxofón.
Por favor, Pavor, sálvalo del oleaje que pronto vendrá del
fondo
de su música y
condúcelo a salvo hasta la orilla de las copas quebradas.
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