lunes, 25 de septiembre de 2017

BLISS NO BESABA EN LA BOCA. Umberto Senegal

BLISS NO BESABA EN LA BOCA

Para Chiara Lenzi, descubriendo otro Neruda


Josie Bliss, la voluptuosa joven birmana de piel oscura que acicalaba su cabello con hibiscos y alamandas, la siempre lúbrica Josie de anillos en los labios, quien inspiró con sus pasiones eróticos  poemas a Neruda cuando este fue Cónsul Honorario en Rangún, Bliss, delirante remembranza de sexo derramado y mujer moldeada a su antojo por Pablo, en Residencia en la tierra, Extravagario y Memorial de Isla Negra, Josie, amorosa niña de Mandalay pronta para saltar, sin pudorosos estremecimientos, a pantera en celo, experta en lujuriosas técnicas ancestrales del tantra asiático y el budismo Theravada, todo lo consentía, las entradas de su cuerpo se hendían devoradoras, insaciables para Pablo, con la condición de que este no intentara besarla en la boca, golosa felatriz y maestra en el absorbente arte de adoratha, “nunca toleró que yo la besara, nunca permitió que yo posase mis labios sobre los suyos, o que mi lengua recorriese su hilera de dientes, o explorara el cofre de su boca, recuerdo la noche en que me dijo que yo podía disponer de su cuerpo, ocuparla incluso cuantas veces quisiera por su arrabal redondo y erguido, o desfogarme entre sus labios, si me placía, pero que no intentara besarla en la boca”, confiesa Neruda, que ha vivido y a quien luego de conocerle su actitud discriminatoria con su hidrocefálica hija Malva Marina, no doy fiabilidad en todo cuanto cuenta y canta, por ejemplo, los bosquejos poéticos que de Josie Bliss cinceló en los poemas a ella dedicados, lúbrica muchacha de Rangún tal vez no tan maligna ni obsesiva, ni tan criminal como la evoca el chileno, exteriorizando racismo y machismo cuando, refiriéndose a las birmanas, subraya, “las mujeres, material indispensable para el organismo, son de piel oscura, de un olor distinto”, prostitutas de Rangún que además de Bliss, se deslizaron por su lecho, “amigas de varios colores pasaban por mi cama de campaña sin dejar más historia que el relámpago físico”, jóvenes de sensualismo resuelto y complaciente, desbordadas, cuya menguada condición socio-económica las impulsaba a convertirse en efímeras amantes de banqueros, diplomáticos, comerciantes y empresarios británicos, con quienes buscaban alicientes de estabilidad y protección, como sostiene en su ensayo la socióloga Eda Cleary, honrando la imagen de Bliss, dejando en entredicho los ariscos retratos que Pablo bosquejó de Josie la cual, durante ocho meses, manejó con el mestizo latinoamericano energías sexuales que exigen a la mujer no dejarse besar la boca, labios relamiendo cualquier cálida y húmeda zona del cuerpo, menos este inmaculado territorio de tradiciones animistas donde la fusión de la boca masculina y la femenina, mezclando la inhalación y la exhalación, no estaban permitidas por razones de oscuro tantra.






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