miércoles, 4 de abril de 2012

MOTIVOS DE TRISTEZA LITERARIA




  1. Los bellos poemas, cuentos y novelas que siempre olvido.
  2. Los excelsos poemas, cuentos y novelas aún no escritos
  3. Los subrayados que tracé en mis libros y no volveré a ver ni a leer.
  4. Los subrayados que pude haber delineado en mis libros y no tracé, por falta de atención o escasez de sensibilidad al leer.
  5. Los deplorables textos escritos por otros y por mí.
  6. Los textos que críticos, editores y reseñistas pretenden hacerme pasar por excelentes textos.
  7. Los malos poemas recordados en los buenos momentos.
  8. Los buenos libros antiguos y modernos que nunca leeré y de los cuales nunca conoceré siquiera sus títulos. Ni sus autores.
  9. Los escritores afines con quienes nunca me conoceré. No habrá una sola palabra entre ellos y yo.
  10. Alguien a quien pudieran gustar mis textos pero jamás sabrá que existo y escribo.
  11. Los libros que nunca se escribirán.
  12. Los buenos libros escritos que jamás se publicarán.
  13. Los malos libros exaltados por la publicidad y los reseñistas mercenarios.
  14. Los poetas silenciosos, trabajando su obra por el gusto de escribirla sin esperar lectores. Ajenos a intrigas y codicias de editores.
  15. Los poetas que hablan demasiado.
  16. Los silencios de veredas quindianas sin poetas para escucharlos y cantarlos haciendo coro a las aves.
  17. Los millares de libros en bibliotecas públicas y privadas esperando lectores que nunca llegarán.
  18. Las lecturas siempre postergadas, cediéndole espacio a la rutina hogareña o laboral.
  19. Los libros desplazados por otros libros, sin causarnos remordimientos.
  20. Nuestros libros, al lado de la producción mundial de libros.
  21. Los escritores amigos leyéndonos siempre sus textos inéditos, sin preguntarnos jamás por los nuestros.
  22. Los versos leídos, inspirándonos otros versos que no somos capaces de escribir, pensados y nada más.
  23. Las páginas, párrafos y líneas no corregidas, siempre susceptibles de múltiples correcciones.
  24. Los libros malinterpretados y los poemas incomprendidos.
  25. Los buenos libros que pude leer si no hubiera tenido prejuicios contra sus autores.
  26. Los malos libros a los cuales dediqué tiempo sólo por solidaridad literaria con sus autores.
  27. Los libros en otros idiomas, sin traducir al español, y que moriré sin verlos traducidos.
  28. Los libros escritos solo para vivir vida de inéditos.
  29. El avance de los medios tecnológicos que sustituirán al libro.
  30. La limitación intelectual de quienes no ven más allá de sus condicionamientos literarios.
  31. Los poetas del Quindío.
  32. Los novelistas del Quindío.
  33. Los cuentistas del Quindío.
  34. Los minicuentistas del Quindío.
  35. Mis haikus floreciendo entre el realismo sucio.
  36. El realismo sucio llamándome a diario desde el fondo de mis textos.
  37. Los soberbios columnistas de periódicos y revistas capitalinos juzgando la literatura nacional.
  38. El pobre manejo que del lenguaje hablado y escrito hacen los periodistas.
  39. Los versos y poemas soñados que soy incapaz de traer hasta la vigilia.
  40. Los subrayados que otras personas hacen en mis libros.


1 comentario:

  1. Comparto y hago conciencia de estas tristezas, maestro. No había leído nunca una enumeración tan cierta y dolida respecto a la literatura vivida como experiencia de totalidad. Mi admiración y gratitud, y un abrazo.

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