El narrador Primo Levi, en sus Conversaciones con Ferdinando Camon (1996) le
confiesa: “Cuando estaba en el campo de concentración, tenía siempre el mismo
sueño: Regreso, vuelvo con mi familia y
les cuento pero no me escuchan. La persona que está delante de mí, no me
escucha. Se da media vuelta y se marcha.
En el campo, cuando conté este
reiterativo sueño a los otros prisioneros, amigos míos, me respondieron: “A nosotros nos ocurre igual”.
Impresionado con la conmovedora
anécdota cuyo tema parece arrancado de la más dramática página que Kafka nunca
se atrevió a escribir, cuando la relato a mis amigos todos se dan media vuelta
y se marchan.
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